martes, 3 de marzo de 2015

El llanto de una Margarita por Aida Hidalgo



 ¿Por que me tapas la vista? hacia el horizonte? antes escuchaba rizas y ahora todo lo que escucho es piiiii piiiii, muévete!!! llegare tarde, dolor gritos sollozos y sonidos un poco extraños que jamás escuche antes, algo también hace que todo mi alrededor en vez de todo su verdor ahora se vuelva oscuro y feo ya no me siento bonita mis hermanas todas han muerto de tristeza y yo soy la única que queda en este pequeñito lugar el cual nadie ve, aquí estoy esperando volver a sentir los rayos del sol y la brisa refrescante, ahora cuando la brisa camina lo único que siento es un olor fétido, creo que le dicen basura, así e escuchado algunos niños decir "Mira mami hay mucha basura allí" y ni siquiera me tomaron en cuenta, ya mis colores no son los mismos
Estoy toda pálida y ya no huelo rico, lo único que huele es el mal olor a basura alrededor mío, ya no hay verde solo lodo y más y más basura; Ya no recuerdo como eran las risas de los niños que jugueteaban con mis hermanas, ya no se que es los rayos de sol sobre mí, como extraño esos días cuando para los niños era más importante; Jugar a la rueda rueda, soltar la cuerda, a las escondidas, y a los quemados.

En este momento lloro de recordar, todas esas risas, esas risas que siempre alegraban
Mis mañanas por que al escuchar las risas la luz del sol era más calida
Era revitalizante sentir como mis hermanas y yo nos abrazábamos reídas con las caricias del señor viento y ver como el sol bailaba y brillaba sobre nuestras cabezas en ese cielo azul con nubes blancas como mis pétalos, ahora solo veo tierra, lodo y una que otra lombriz retorciéndose en el pequeño charquito de agua sucia que deja la basura muy cerca de mí.

Y las noches son más frías que de costumbre, por esta dura y fría pared que llaman edificio, ya no quiero vivir aquí, quiero ir con mis hermanas, cuando consigo dormir un poco sueño con los niños, mis hermanas, el sol, la brisa y las nubes, pero lo que también me gustaba era la luna verla cantarle a las estrellas ah! Como brillaban las estrellas, a veces podías ver una que otra estrella fugaz ahora no ves nada solo esas cosas brillantes que llaman iluminarías que lo único que hacen es opacar el brillo de las estrellas y esos ruidos de piiiiiiii piiiiiiiii , runnn runnnn, ya no puedo escuchar el arrullo de la luna a las estrellas, solo puedo sentir como mis lagrimas recorren mis mejillas, y caen en tierra para complacer mas a las lombrices para jugar entre charquitos y buscar comida, eh pensado dejarme caer en ese charquito para que así tengan que comer ellas y reunirme con mis hermanas pero no quiero sentir ese dolor de ser mordisqueada. Y tengo tan buena suerte que seguro quedo a medio comer y seguiré viva y será peor ver que aun sigo aquí pero incompleta.

Mientras dormía, soñaba que una niña me recogía con unas manitas chiquitas y suavecitas, tan delicadas que lloraba en mi sueño, escuche que me decía, Oh florecita ¿por que te dejaron aquí solita en este rincón? Yo te daré un nuevo hogar. Me tomo entre esas manitas y me llevo a un jardín con, muchas flores, podía sentir el olor de las rosas, lilas, crisantemos y muchas mas flores que alguien se podría imaginar, era el jardín mas hermoso, mis lagrimas no dejaban de brotar como la lluvia que refrescaba mi sed.

No era cualquier jardín, era el jardín de los niños de Dios, era el jardín donde los niños que ahora eran angelitos sembraban todas las flores olvidadas, ya sea por las construcciones o por aquellos que olvidaron regarlas o hablarles y las dejaron morir en un rincón.

Y ahí estaba esa niña, era una niña de largos cabellos negros con una sonrisa tan dulce que dan ganas de llorar por esa paz esa sonrisa era la paz, el descanso que yo necesitaba esa niña era la encargada de buscar en la tierra todas las flores olvidadas y así hacer mas bello, el jardín de los niños de Dios.

Ya no  siento frío, ya no siento calor, ya no siento miedo a la oscuridad, ya no siento tristeza, estoy con mis hermanas y amigas que una vez escuchamos reír a los niños en aquel pequeño parque, donde disfrutamos del sol , la brisa, los arrullos de la luna pero ahora nada de eso nos hace falta por que estamos juntas y mas cerca de la luna donde le canta a las estrellas para que duerman, Nosotras estamos contentas y sobre todo cuando llega un niño “un angelito” al jardín nos sentimos alegres por que hay mas risas en el cielo, hay mas alegría y muchas mas risas ya no escuchamos piiii piiii ni ruunnn runnn ni malas palabras solo las risas de los niños de Dios, los besos de esos niños maravillosos y las caricias por parte de la mano de Dios.

En la tierra siguen construyendo esas paredes llamadas edificios, aún hay florecillas y árboles tristes pero tanbien en la tierra aún quedan niños y niñas que aman y quieren a las flores como yo.

Aprende a querer las cosas pequeñas de la vida por que no sabes que día ya no las tengas y entonces dirás “EXTRAÑO ESOS DÍAS”…


Autora: Aida Hidalgo
2 de mayo de 2012.

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